Patrimonio Mundial por la UNESCO

El Palau de la Música Catalana fue construido entre 1905 y 1908 por el arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner como sede del Orfeó Català, financiado con fondos procedentes de suscripción popular. El edificio está situado en el barrio de Sant Pere, una de las zonas más bonitas de Barcelona.

El Palau de la Música Catalana es una perla arquitectónica del Modernismo catalán, la única sala de conciertos declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO (4 de diciembre de 1997), que en la actualidad es un punto de encuentro ineludible de la vida cultural y social de Cataluña. Además constituye un patrimonio simbólico y sentimental de todo un pueblo que se identifica con su historia.

La Sala de Conciertos

La Sala de Conciertos −una de las más singulares del mundo− es desde hace más de cien años el escenario privilegiado de la vida concertística, nacional e internacional, de la ciudad de Barcelona. Ha acogido estrenos mundiales y es un referente de la música sinfónica y coral del país. Presidida por el órgano sobre el escenario y con un lucernario central que representa el sol, la sala disfruta de luz natural.

Sala mística y paradójica, se encuentra repleta de figuras y representaciones, como las musas que rodean el escenario, las valquirias de Wagner que surgen del techo, un busto de Anselm Clavé a un lado y uno de Beethoven al otro, y elementos de la naturaleza, como flores, palmeras o frutos.

Sala de Ensayo del Orfeó Català

Otra pequeña joya del Palau de la Música es la Sala de Ensayo del Orfeó Català. Un espacio íntimo y acogedor donde tienen lugar conciertos de pequeño formato, conferencias, presentaciones y donde ensayan los coros del Orfeó Català. Aquí se encuentra la primera piedra que se colocó en 1905 durante la construcción del Palau. Con un arco semicircular de butacas, que se corresponde con la media luna del escenario de la Sala de Conciertos que se encuentra justo encima, está caracterizada por unas grandes columnas, vitrales y decoración típica del Modernismo catalán.

La fachada

La fachada del Palau, situada en la calle Sant Pere Més Alt, único acceso hasta el año 1989, hace esquina con la calle Amadeu Vives, que se resuelve con la inclusión del grupo escultórico La cançó popular catalana, del artista Miquel Blay y reproducida a tamaño superior al natural por Frederic Bechini, donde están representados un San Jorge, bajo una figura femenina en el centro como un gran mascarón de proa, que es una alegoría de la música, rodeada de un grupo de personajes que representan el marinero, los campesinos, el anciano y los niños. Está considerada la obra cumbre del escultor Blay, con una sensibilidad social y un conjunto de gran armonía. Según consta en una inscripción al pie de la escultura, fue sufragada por el marqués de Castellbell (Joaquim de Cárcer i d’Amat) y fue inaugurada el día 8 de septiembre de 1909. La complejidad de la fachada angular a dos calles estrechas hace difícil la visión completa del conjunto. Otros elementos de esta fachada son los arcos con grandes columnas de ladrillo rojo y cerámica. Dentro de dos de estas columnas se encontraban las taquillas originales. En el primer piso hay un balcón que recorre la fachada con catorce columnas en grupos de dos, cubiertas con mosaico, todas con dibujo diferente; y en el segundo piso los bustos de los músicos, sobre columnas, realizados por Eusebi Arnau: de izquierda a derecha están Palestrina, Bach y Beethoven; pasado el grupo escultórico de la esquina se encuentra el busto de Wagner, ya en la calle Amadeu Vives. En la parte superior de esta fachada, un gran frontón en mosaico de Lluís Bru simboliza la bandera del Orfeó, obra de Antoni Maria Gallissà, y en el centro una reina presidiendo una fiesta con una rueca, en alusión a La Balanguera, poema de Joan Alcover, con música del compositor Amadeu Vives, una de las piezas más interpretadas por el Orfeó y que desde 1996 es el himno oficial de Mallorca.

Sala Lluís Millet

Otro espacio representativo del Palau es la emblemática Sala Lluís Millet, un gran salón −sala de descanso y encuentro− dedicado al maestro Millet, fundador del Orfeó Català. La sala, de una altura de dos pisos, està cerrada por grandes vitrales adornados con motivos florales, de un efecto extraordinario. Y más excepcional aún es el balcón que se observa a través de estos vitrales, con una doble columnata de coloración y ornamentación características.

Foyer

También es un escenario privilegiado el Foyer del Palau, el cual admite una numerosa concurrencia que ocupa sillas y mesas, tanto cuando hay audiciones como cuando se utiliza de restaurante-cafetería independiente. Los amplios arcos de ladrillos combinados con cerámica vidriada de color verde y flores también cerámicas, rosáceas y amarillas, confieren a este espacio una tonalidad singular y muy particular.